Changemaker: una exalumna ayuda a mantener el espíritu mariachi vivo en Denver
A través de su organización sin fines de lucro, Isahar Méndez-Flores está enseñando a la próxima generación de intérpretes a amar esta música tradicional mexicana.
Existen varias teorías contrapuestas sobre los orígenes de la palabra “mariachi”, el género musical tradicional mexicano que data del siglo XVIII. Pero para Isahar Méndez-Flores, lo importante no es el origen de la música, sino asegurarse de que la tradición siga viva entre los jóvenes de Colorado. Y como cofundadora y directora del programa Colorado Youth Mariachi, es justamente lo que hace.
Antes de crear su organización sin fines de lucro, Méndez-Flores cofundó otro programa de mariachis, el Mariachi Los Correcaminos de la Metropolitan State University of Denver, un grupo dirigido por estudiantes que creció mucho y que ahora otorga créditos. Su trabajo se extendió más allá de la Universidad y llegó a las comunidades circundantes de Denver, donde ha desempeñado un rol decisivo a la hora de ayudar a poner en marcha varios programas de mariachi para jóvenes.
“Quería crear un programa que me hubiera gustado que existiera en mi infancia. El mariachi está integrado en el plan de estudios escolar en Texas y Arizona, pero no en Colorado donde no tenía esa exposición”, explica.
Méndez-Flores comenzó su trayectoria musical cuando asistía a la Escuela Preparatoria Adams City, donde tocaba el violín. “Era una estudiante de bajos ingresos en un distrito con una gran población mexicana. Metían a tantos estudiantes como podían en cada salón de clases con el objetivo de que simplemente cursáramos la preparatoria. La música era un beneficio extra que ayudaba a que no abandonáramos los estudios”, contó Méndez-Flores.
Sin embargo, fue la exposición al mariachi lo que atrajo su atención y la llevó a elegir la especialización en Música en MSU Denver. Estando en la Universidad, envió un correo electrónico al buzón de sugerencias del Departamento de Música abogando por la introducción del género mariachi. “Fue pura suerte que el jefe del departamento aceptara hacerlo”, manifestó. “Me dieron la oportunidad de organizar el grupo, y construir un programa de mariachi desde cero. Tuve que aprender destrezas nuevas sobre la marcha, incluido cómo hacer un presupuesto”, agregó.
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Cuando Méndez-Flores se acercaba a su graduación en 2016, ella y quien ahora es su esposo, Víctor Becerra, fundaron un programa (que recibió el estatus de organización sin fines de lucro en 2018) para inspirar y educar a los jóvenes en la música y la cultura del mariachi. Lo que comenzó con una docena de estudiantes en su patio trasero evolucionó y hoy incluye 52 niños y adultos jóvenes, con edades comprendidas entre los 7 y los 23 años. Los estudiantes se reúnen al menos una vez a la semana para recibir clases de música, ya sea individualmente o en grupo. A medida que progresan, pasan al cuarto nivel del programa, que incluye ensayos avanzados para actuaciones locales.
Uno de los objetivos del programa es que sea asequible. Debido a su costo, que puede incluir instrumentos, clases y uniformes, participar en programas de música suele estar fuera del alcance de las poblaciones con menos ingresos. “Entendemos que la música puede ser cara e incluso un lujo. Las clases pueden costar hasta 90 dólares la hora. Tratamos de mantener el programa a un precio de 50 dólares al mes”, relató Méndez-Flores.
A través del programa, el alquiler de los instrumentos (que incluyen trompetas, violines e instrumentos específicos de mariachi, como la vihuela y el guitarrón) les cuesta a los participantes solo $5 al mes. La organización depende de campañas de recaudación de fondos y subvenciones de organizaciones locales para mantenerse a flote y ser asequible. A cambio, ofrece actuaciones gratuitas en toda la zona metropolitana de Denver, de las que se benefician los estudiantes y la comunidad en general.
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La contribución de Méndez-Flores no pasó desapercibida. Recientemente, MSU Denver la nombró una de los ganadores de los premios 2023 de la Asociación de Exalumnos en la categoría “10 Under 10” que honra a los Roadrunners que se graduaron en los últimos 10 años, un testimonio a su enorme trabajo y dedicación.
Para mantenerse al día con sus propias habilidades, Méndez-Flores y Becerra asisten a un taller anual de mariachi en Nuevo México. Es una oportunidad para expandir su red de contactos, continuar formándose y acceder a herramientas para seguir recaudando fondos y ampliar sus programas.
Como afirma Méndez-Flores, “hay muchas excusas para no dirigir programas de mariachi para jóvenes, pero los profesores tienen que abogar por ello. Salvo por el dinero inicial, no requiere de mucho. Y el resultado general de crear un grupo sostenible vale la pena. Como maestros, tenemos que interceder para que los niños latinos estén representados en el plan de estudios de música”.
Obtenga más información sobre el programa Colorado Youth Mariachi durante el espectáculo benéfico de fin de año, La Herencia del Mariachi, a realizarse el 9 de diciembre en la Escuela Preparatoria Northfield de Denver.
